COMPORTAMIENTO ÉTICO: ¿Educación o cultura?

 

Esp. Lisbeth Cedeño de Veracierto

Docente PEP y Diploma

I.E.Juan XXIII-Bachillerato Internacional

Doctorante en Educación

Universidad Pedagógica Experimental Libertador

Maracay, Edo.Aragua

0416-7363036 / 0241-8595192

lizbethcedeno@gmail.com

 

Resumen

Este artículo es el resultado de una hermenéusis ontológica desde la perspectiva de la experiencia pedagógica de la autora. En función de un análisis documental que surge ante la necesidad de reflexionar en cuanto a  las posibles razones que pudieran conducir a un comportamiento ético esperado o inesperado. Sobre lo cual tanto la educación como la cultura tienen participación activa y determinante. Igualmente, este artículo procura crear un espacio para la reflexión y el análisis de los factores que inciden en el comportamiento ético, mediante  diversos aportes encontrados durante el proceso de investigación y desarrollo del mismo.

Palabras clave: Comportamiento ético, educación, cultura.

 

Abstract

This article is the result of an ontological hermeneus from the perspective of the author’s pedagogical experience. Based on a documentary analysis that arises from the need to reflect on the possible reasons that could lead to expected or unexpected ethical behavior. On which both education and culture have active and decisive participation. Likewise, this article seeks to create a space for reflection and analysis of the factors that affect ethical behavior, through various contributions found during the research and development process.

Keywords: Ethical behavior, education, culture

 

Introducción

      La característica diversa de una sociedad desarrollada en tiempos de cambios  conlleva de alguna u otra forma a valorar situaciones que ponen en tela de juicio el comportamiento moral de algunas personas, justificando muchas veces sus acciones  por su origen cultural, modo de vida o educación recibida. De hecho, es posible que alguna vez hayamos oído decir: “¿Eso es lo que te enseñan en la escuela?” o “¡Qué falta de cultura!”, al referir el comportamiento inadecuado de un niño en el primer caso o de una persona adulta en el segundo caso. A la luz de estas observaciones cotidianas el presente artículo busca abrir un espacio para la reflexión en cuanto a comprender si el comportamiento ético resulta de la educación recibida por un individuo o es el reflejo de un conjunto de valores vinculados a la cultura donde este se ha desarrollado socialmente.

      Ante esta inquietud,  es pertinente señalar que en Venezuela, la educación es percibida como un proceso cuyo impacto es observable desde muy temprana edad. (Art. 25  Ley Orgánica de Educación  2009). Siendo compartida la responsabilidad de su aplicación tanto por el Estado como por los padres, quienes confían en la escuela la complementariedad de esta en beneficio del desarrollo pleno de sus hijos como ciudadanos. Por lo que determinar  responsabilidades directas en materia de comportamiento ético debe abordarse con sumo cuidado e indagación. Aunado al interés investigativo de comprender el papel fundamental de la educación como proceso formativo y la cultura como aspecto condicionante en el comportamiento ético de cualquier individuo que  haga vida en una sociedad.

     En virtud de lo cual, surge además  la figura determinante de la identidad cultural, desde la cual y a partir de esta se crean las bases de una educación signada al contexto cultural de valores propios donde lo que es ético para unos puede no serlo para otros. De allí que desarrollar un comportamiento ético pareciera no ser tarea fácil ni mucho menos una cualidad humana que se alcance plenamente de forma instantánea. Más allá de este razonamiento, el presente artículo tiene como desafío encontrar señalamientos que fundamenten la importancia de comprender el desarrollo de un comportamiento ético partiendo de  las bases de la educación durante la infancia.

     Igualmente, este artículo tiene como propósito motivar a padres, representantes y responsables de la educación de niños y niñas a valorar la formación ética como base de la educación ciudadana y para la convivencia social de cualquier individuo que se desenvuelva en una sociedad postmoderna; sometida a constantes amenazas  y desafíos éticos. De allí el interés de abordar el tema del comportamiento ético, no solo como un asunto pertinente a la responsabilidad educativa sino también frente al cuestionamiento del comportamiento ético como un reflejo de la identidad cultural, como un hecho inherente al proceso de la educación, al cual se circunscribe la ética. Asimismo es importante destacar que no se trata de juzgar la educación recibida en el hogar o en la escuela, sino más bien de comprender el comportamiento ético  como una responsabilidad implícita a la formación de todo ser humano del que se espera un comportamiento ciudadano éticamente aceptable dentro de los esquemas propios de cada cultura que conviva en una sociedad diversa y cambiante como las del siglo XXI, cada vez más cosmopolita. Teniendo como escenario de desarrollo el hogar y la escuela conjuntamente.

 

Análisis y disertación

“Se puede ser bueno por naturaleza,

por hábito y por educación”.

Aristóteles

     Al respecto y en cuanto al tema, para Aristóteles “no somos buenos o malos por naturaleza”. Tal como lo expone en su reconocida obra “Ética a Nicómaco”, cuando afirma que: “ (…) la virtud del hombre sería el estado gracias al cual (…) llega a ser bueno y gracias al cual realiza bien su propia actividad” (p.83). Por lo que se infiere que el “llegar a ser” puede estar vinculado a un proceso educativo que interviene directamente en la formación ética del individuo, cuya virtud estriba en un comportamiento bueno o aceptable ante la sociedad. Asimismo. Aristóteles considera que el comportamiento ético es un estado que el individuo alcanza como resultado de un aprendizaje de vida, independientemente de sus orígenes étnicos, ascendencia genética, procedencia geográfica y/o cultural, es decir; según su afirmación el ser humano no nace bueno ni malo, por lo tanto su comportamiento ético estará signado por lo que aprenda y comprenda como bueno o malo.

     Por otra parte otros autores presentan una postura distinta pero no menos interesante  para incluir en este ensayo, a fin de contar con una variedad de perspectivas que contribuyan a dilucidar desde la reflexión si el comportamiento ético obedece a la educación recibida o a una influencia del contexto cultural. Tal como lo expresa  Sequeiros (1992) desde una concepción evolucionista, quien deja ver que existen diversas posturas en cuanto a la naturaleza del comportamiento ético. En primera instancia hace referencia a la visión darwiniana o evolucionista del comportamiento ético como una capacidad atribuida a la constitución biológica del ser humano, por lo que está sujeta a cambios y evolución propios del hombre. (p 20). Igualmente expone que existen otras afirmaciones como la teológica o creacionista, de la que pueden obtenerse una variedad  de conceptos que coinciden en señalar que el comportamiento ético estará signado por un conjunto de códigos morales condicionados por principios como la fe  y el temor divino al castigo. En este sentido el mismo autor antes citado refiere que:

“Para unos, la ética es un conjunto de normas de conducta que derivan psicológicamente ( no lógicamente ) de los principios religiosos. Por ello, los que no creen en nada no pueden conocer los principios éticos. Sin embargo, y en un extremo opuesto, otros autores creen que el hombre, a través de un proceso de maduración de su conciencia que se proyecta hacia la realidad, educa su intención moral directa, y así descubre principios éticos” (p.21)

 

          En este sentido Muñoz (2016) reconoce a la educación como una acción determinante en el desarrollo de un comportamiento ético, cuando asegura que :” La acción repetida de lo bueno contribuye a la formación moral, (…) Cuando la persona realiza el bien constantemente, adquiere más firmeza que se le hace más fácil la práctica del bien (…). (p. 323) .

    Otros estudios han desarrollado especial interés en cuanto a la incidencia de ciertos factores condicionantes en el desarrollo del comportamiento ético. Al respecto Sarabia (2001) considera que existen factores asociados a la conducta humana, factores biológicos y  factores psicodinámicos. En el contexto temático del presente artículo es pertinente enfocarse en los factores asociados a la conducta humana, debido a su relación con el comportamiento ético. Además de lo cual Sarabia (2001) precisa a la personalidad como un factor asociado a la conducta humana, en este sentido la define como:

(…) el conjunto de modalidades adaptativas que el individuo utiliza en su contacto cotidiano con el ambiente en el que se desenvuelve, es un conjunto relativamente durable de rasgos y patrones de conducta que presiden el conjunto de situaciones interpersonales características de la vida humana. (p.25)

 

     Por su parte, Kant (1781) destaca que del comportamiento humano deriva la filosofía práctica en razón al libre albedrio. En virtud de lo cual “ la filosofía del comportamiento es aquella  que proporciona una regla del buen uso de la libertad”. (p.37) Por lo que se infiere que el comportamiento ético ( estrechamente vinculado a la moral ), representa tanto para el individuo como para el colectivo una forma del comportamiento humano determinada por la capacidad de discernir entre  lo correcto o lo incorrecto, el bien o el mal. De igual forma, Beuchot ( 2004  ), considera que la visión filosófica de Santo Tomás de Aquino en cuanto a la ética tiene que ver más con el hecho de la bondad y la maldad entre los seres humanos. Lo que conduce de algún modo a creer que los seres humanos actúan en conformidad con su conciencia moral. En este mismo orden de ideas el autor también refiere que “ La ética tomista es teórica en cuanto  especula sobre los elementos de la moralidad, y es práctica en cuanto  aporta al hombre normas para dirigir su vida”. (p.189)

 

 

 

La Educación desde una visión  axiológica

“Todo acto educativo encierra un comportamiento ético, toda educación es ética y toda educación es un acto político, no solo por el ejercicio formativo sino por sus consecuencias.” 

 (Organización de Estados Iberoamericanos Para la Educación, la Ciencia y la Cultura)

 

     A fin de comprender el rol de la educación dentro del comportamiento ético, se precisa definir su aplicación a lo largo de la historia de la humanidad. A tales efectos, es razonable ante todo recordar que la educación ha tenido considerables cambios en la medida que las sociedades evolucionan o cambian. Tal como se aprecia en diversos acontecimientos históricos que de algún modo han transformado a la humanidad y con ello la forma de enseñar y aprender. En consecuencia, estos efectos de transformación social han tenido un impacto en la concepción axiológica de ver la vida.

 

     Más allá de determinar el origen del comportamiento ético en las personas, también debería llamar la atención de muchos la naturalidad con la cual se observa con  frecuencia  la justificación y tolerancia de acciones éticamente inamisibles , provenientes desde las bases modeladoras del hogar. ( Aludiendo por supuesto a aquellos referentes  de comportamiento ético universalmente reconocidos por una gran parte de la humanidad, independientemente del contexto cultural donde se ubiquen). Conllevando en algunos casos a una confusión  que puede repercutir en decisiones inciertas o desacertadas, opuestas a  lo aprendido en la escuela. Sin embargo, tanto Aristóteles como Kant consideraban  el albedrio como un aspecto igualmente determinante en el comportamiento ético, influyente de forma   natural y espontánea  en el individuo.

     No obstante, Aristóteles ( 1988 ) también afirmaba que :”Si la conducta no necesitase de la educación y la costumbre, no habría ninguna necesidad de maestros, pues todos seriamos buenos o malos de nacimiento”.  ( p.30). Igualmente  era de la opinión que enseñar hábitos desde muy jóvenes era de una importancia absoluta. En razón de lo cual la educación ética desde muy temprana edad podría representar un factor determinante en gran medida en el comportamiento ético de un ser humano, claro está considerando las características ontológicas donde este se desarrolle como individuo y como parte de un colectivo social. Dado que deberá enfrentarse a ciertos aspectos éticos ante los cuales será sometido a prueba durante el desarrollo de este proceso a lo largo de su vida. Por lo cual deberá entablar una posición frente a la diatriba de lo correcto o lo incorrecto, en donde  la ética pasaría de un plano teórico a la praxis cotidiana del mundo de la vida a través del libre albedrío.

      Igualmente y desde la perspectiva de Kant ( 1781  ), existen algunos aspectos éticos ante los cuales cualquier individuo se expone, entre los que se encuentra la mentira. Figura ante la cual se infringe abierta o solapadamente sin caer en cuenta muchas veces en las consecuencias y repercusiones en el comportamiento ético de quien la esgrime. Y de quienes aprenden mediante el modelaje como el caso de los(as) niños(as). Al respecto refiere Kant : “(…) muy a menudo se corre peligro observando escrupulosamente la verdad, y por ello se ha forjado el concepto de mentir en caso de necesidad, el cual constituye un punto harto delicado (…)”. Al respecto este mismo autor señala que al justificar acciones como el robo, el asesinato y la mentira por  necesidad, se corre el peligro de que esta sustituya a la moralidad según la libertad de criterio de cada quien, lo que representaría una total inseguridad en las reglas morales. (  p. 29). De allí la necesidad de enfocar la atención en tratar de comprender fenómenos sociales repetitivos y comunes , observables en comportamiento para nada éticos y mucho menos morales, desde los cuales han surgido culturas tolerantes a la mentira, el robo, el asesinato, entre otros.

     En este mismo orden de ideas, la OEI (Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación , la Ciencia y la Cultura) (s/f), destaca entre los objetivos formulados de los Lineamientos Curriculares para el área de Ética y Valores Humanos, lo siguiente:

La educación ética y moral en todas sus formas y en todos los momentos debe tener como uno de sus fines la lucha contra la doble moral que separa y coloca en oposición lo que se dice y lo que se hace ; doble moral que tiene tanto peso en nuestra vida social y que genera de un lado escepticismo y rechazo de parte de nuestros jóvenes hacia todo lo moral, en su conjunto ; y de otro genera también un facilismo, dado que la educación moral se resuelve mediante una prédica que hace el adulto (padre de familia o maestro), o se reduce a unos enunciados que se consignan en un texto o se queda en un documento que contiene el “proyecto de educación moral de la institución”. El logro de una coherencia y consecuencia entre la teoría y la práctica es uno de los retos más grandes de la educación en su conjunto. (p-4).

     Aun cuando lo anteriormente señalado hace especial referencia a la educación ética como un área específica incluida en cualquier currículo educativo, es igualmente oportuno resaltar que el presente artículo está enfocado en los aportes significativos de la ética dentro de cualquier disciplina educativa, para lo cual es igualmente aplicable lo señalado por la ya citada Organización.

     En otro orden pero igualmente pertinente a la educación y su rol participativo en el desarrollo de un comportamiento ético, cabe considerar la intervención de patrones y esquemas propios de las sociedades postmodernas, las cuales parecieran estar controladas por un excesivo y tergiversado uso de la tecnología así como de otros medios, además de nuevas formas de vida y de convivencia social. De los cuales se originan conductas opuestas al concepto racional del comportamiento ético esperado, reconocido y aceptado  por sociedades de estructuras tradicionales. Ante lo cual también pareciera recaer mayor responsabilidad en la educación que en la cultura.

 

Comportamiento ético: ¿cuestión de cultura?

 

     Hasta el momento, el desarrollo de este articulo ha venido apoyándose en distintos aportes encontrados tras una indagación bibliográfica que sustenta las bases epistémicas del tema en cuestión, a saber, sobre el comportamiento ético y su posible relación con la educación y la cultura. A tales efectos, corresponde ahora conocer y comprender lo que otros autores han investigado sobre el papel de la  cultura en el comportamiento ético del ser humano.

 

      Por su parte, Vygotsky  citado por Mill (2014) afirma que :” La cultura proporciona las orientaciones que estructuran el comportamiento de los individuos, lo que los seres humanos percibimos como deseable o no deseable depende de la cultura a la que pertenecemos” (p.100) . Igualmente este mismo autor refiere: “ Las facultades humanas de percepción, de juicio, de discernimiento , de actividad mental e incluso de preferencia moral, no se ejercen más que en virtud de una elección. Quien hace algo porque es la costumbre, no hace elección alguna”.  (op.cit, p.74). Lo que podría interpretarse como si bien existe una educación de base, sustentada  en un contexto cultural determinado por un conjunto de valores propios de una cultura, también es cierto que parte del comportamiento ético está determinado por la elección del sujeto en cuestión. Sin descartar que la referida elección pueda o deba estar subsumida a patrones culturales aprendidos.

     A la luz de lo antes expuesto, es oportuno señalar que la cultura también constituye un factor determinante en la identidad tanto individual como colectiva, lo que a su vez se refleja en el comportamiento humano. En razón de lo cual el comportamiento ético no solo puede estar influenciado por la cultura sino que la misma al ser parte de la identidad del ser humano encuentra en la capacidad de elección que este tenga la oportunidad de manifestarse a través de las acciones. Respecto a la identidad Kwame (2007) afirma que “Una identidad se articula siempre mediante conceptos ( y prácticas) que son asequibles a nosotros a través de la religión, la sociedad, la escuela y el Estado, mediados por la familia (…).”( p.51).

     En este sentido , Gómez (2014) afirma:

Desde el punto de vista antropológico la cultura es un proceso no indi- vidual de manifestación grupal de los intereses, valores y necesidades de una sociedad determinada, en donde las personas se identifican en su grupo y así mismas, sustentándose en los valores grupales. (p.464)

 

     En torno a este punto de la cultura y su relación al comportamiento ético, es menester considerar la posición filosófica de algunos autores, citados por Olivé (2011) , entre los que se encuentran el filosofo peruano David Sobrevilla, quien arguye que la ética es un producto de la cultura occidental, durante los siglos XIX y XX, no obstante  aun cuando critica la diversidad de enfoques sobre la ética también admite la necesidad de una ética universal pese a las considerables diferencias y particularidades de cada cultura. Asimismo considera que la existencia de una ética universal dependería de ciertas condiciones como: no ser etnocentrica, debe apoyarse en razones debatibles, además de no ser exclusivo a los seres humanos, por lo que debería incluir a la naturaleza.

     Desde otra óptica igualmente compatible con la anteriormente expuesta, este mismo autor cita a la filosofa española Victoria Camps, especialista en ética y quien considera que el problema de la ética estriba en la justicia, aludiendo con ello el sentido de la inclusión y la no discriminación de todos aquellos grupos minoritarios que requieren ser justamente tratados dentro de una sociedad cada vez más diversa y materialista al mismo tiempo. Además, Olivé (2011) deja ver que precisamente la presencia de diversidades culturales pueden contribuir a “combatir los riesgos de la modernización”, siendo uno de ellos el peligro de una cultura que conlleve a un comportamiento ético impuesto por sociedades hegemónicas que se impongan con valores opuestos a las culturas subordinadas o dominadas. Igualmente Camps citada por Olivé  concluye: “no se trata de (…) negar la cultura homogénea para salvar la diversificación cultural sino de ver las ventajas  indiscutibles de uno y otro fenómeno”.(p.13). 

 

Reflexiones finales

     Ante el vergonzoso panorama de una sociedad cada vez más afectada por el impacto de comportamientos éticos no deseados, contrarios al común denominador de lo que nuestro sentido común nos impele a diferenciar  como bueno o malo, correcto o incorrecto , cabe destacar que aun cuando la educación y la cultura actúen como factores determinantes y condicionantes dentro de los diversos  procesos sociales y cognitivos, existen comportamientos  humanos universalmente reprobables y rechazables ante los cuales el ser humano debe actuar conscientemente y sin escusas de ningún tipo. Pero ¿qué es lo correcto o incorrecto en el comportamiento humano? Eso solo estará determinado por el ser humano que actúe consciente y responsablemente. 

     De igual manera, cabe la posibilidad de sostener en el tiempo  una cultura ética, con el apoyo de la educación y la cultura pueda soportar los embates consecuentes de una revolución histórica de la humanidad, de la cual muchos no están conscientes. La cual ha surgido desde hace ya varias décadas, trayendo consigo alteraciones en el comportamiento ético de los seres humanos. Tanto positiva como negativamente. Por lo que queda a instancia de quienes asumen la noble tarea de la educación contribuir con un discurso ético coherente y cohesivo que influya en una sociedad más sensible y humana. Con hombre y mujeres capaces de reconocer la importancia de un comportamiento ético como parte del buen vivir en comunidad  y/o  convivencia para la paz.

 

 

 

Referencias

Aristóteles (1988). Ética a Nicômaco. Brasília:UnB. política. Brailia, 1988. (p.84)

 

Beuchot Mauricio (   2004   ).Introducción a la filosofía de Santo Tomás de Aquino. Editorial San Esteban, Salamanca.España

 

Gómez, L. E. (2014). Identidad cultural en un mundo global.Asuntos Económicos y Administrativos, (26), 451-464.

Kant Inmanuel (2009). Lecciones de Ética.Traducción castellana de Alberto Rodríguez Aramayo y Concha Roldán Pacheco.Editorial Crítica.Barcelona,España.

Kwame A.Appiah ( 2007).La ética de la identidad.Katz Editores. Buenos Aires,Argentina.

 

Mill John S. ( 2014). Sobre la Libertad. Ediciones Akal. S.A. Madrid, España.

Muñoz Mora Luis J. ( 2016 ).Manual de Moral Cristiana. Editorial San Pablo. Bogotá, Colombia.

 

Olivé León (2011). Ética y diversidad cultural. Fondo de Cultura Económica. Primera edición electrónica. México, D.F. Disponible en: https://books.google.co.ve/books?id=-VgtawalFZYC&printsec=frontcover&dq=cultura+y+etica&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwjVuumc0dzfAhUF11kKHam6BWAQ6AEIMjAC&authuser=4#v=onepage&q=cultura%20y%20etica&f=false

 

Organización de Estados Iberoamericanos Para la Educación, la Ciencia y el Deporte ( s/f). Lineamientos Curriculares para el área de Ética y Valores Humanos. Orientaciones para la Formulación de los Currículos en Constitución Política y Democracia. Programa de Educación en Valores. Sala de Lectura. Disponible en: https://www.oei.es/historico/valores2/boletin6e.htm

 

Sequeiros Leandro (1992). Raices de la humanidad : ¿Evolución o creación?.Editorial Sal Terrae, Madrid.España.

 

 

 

 

 

 

 

Publicado en ,