1. Introducción
Muchos han sido los críticos del liberalismo económico, pero en la gran mayoría de los casos se trató de globalistas que consideraban inmoral discriminar a un colectivo “nacional”, o acudir a la guerra para saquear a una nación generalmente pacífica; comandantes de un poder que se sentía amenazado en su ideario y en sus rentas o intelectuales cada vez con menos peso demográfico o eclesiástico. Sin embargo, sólo el liberalismo se atrevió a responder a muchos de los dogmas económicos “no cualificados” por la Ciencia Económica.
El liberalismo y la religión han interactuado a lo largo de los siglos de una forma intensa. Un poco más de tiempo ha transcurrido desde que la economía liberal logró cierta imposición de sus directrices en la ya consolidada economía política, nacida en el Renacimiento con los trabajos de los Escolásticos tardíos de las Universidades del Imperio Español. La geopolítica podría ayudar a explicar por qué la Ilustración tardó tanto tiempo en responder a la anterior y por qué la respuesta llega como un huracán. (Ballina Ríos, 2021)
1.1. Contextualización
Más allá de toda confrontación evidente, durante mucho tiempo, se vieron condicionados de manera mutua. Por un lado, el liberalismo se ha ido nutriendo, y ha obviado conscientemente, una serie de convicciones sobre los que prácticamente todos los seres humanos, pasada la infancia, nos formamos: los mitos que explican nuestra historia, las relaciones entre los mortales y los inmortales, el mundo visible y el invisible. Rousseau, John Locke, Tocqueville, Spencer, por no citar sino a los más paradigmáticos, fueron a su vez ateos consecuentes, que buscaron fundamentos no religiosos al orden social propuesto, pero jamás librados de los fantasmas que poblaron su peculiar religiosidad. A pesar de algunos intentos, generalmente solitarios, en el siglo XVIII pervivieron en Europa las comunidades que articulaban sus vidas en torno a dimensiones sagradas. Para comprender la fuerza de las proclamas liberales, la mentalidad religiosa constituye, por ello, un factor capital. Por otro lado, los efectos transformadores y las propias vinculaciones con la fecunda polisciencia provocaron equívocamente que el liberalismo, y los regímenes que los inspiraron, llegasen a ser considerados una de las fases de la religión. Soros, Gellner, Geremek, entre otros, han aportado pocas luces al complejo asunto. El fondo de la cuestión consta de los vínculos económicos que se establecieron entre el protestantismo primitivo, la ética del trabajo de sus fieles y el incesante crecimiento del número de estos. Con ellos buscó el protestantismo crear una iglesia también primitiva, pura y reformada, que plantease batalla al institucionalizado catolicismo. Lo demás, y el gran invento, la afirmación, con el más claro epicureísmo, de que el hombre estaba llamado a roturar y fecundar la tierra, tendría lugar en otro supuesto desiderátum europeo: la contextura del núcleo familiar. (Nasif, 2024)
2. Orígenes y raíces históricas del liberalismo y la religión
Originariamente, el liberalismo moderno plantea la necesidad de preservar la libertad individual. Ante este axioma coactivamente fundamental, el problema de la santificación implica la necesidad de desacralizar y secularizar las funciones y áreas tradicionalmente consideradas de competencia de la religión como instrumento de los poderes terrenos, eminentemente monárquicos por razones históricas; y, además, se traduce en la polémica sobre un ejercicio crítico e influyente en las actitudes de los súbditos que los saque de su pasividad, que les haga partícipes del juego libertad-resultados.
A lo largo de la historia, el pensamiento político liberal, como corriente de ideas, ha articulado diversos modelos políticos, de organización social o de relación entre lo público y lo privado. Lo mismo sucede con las relaciones entre religión y liberalismo. Desde las monarquías modernas y el despotismo ilustrado hasta los estados nacionalizados, el liberalismo ha tendido a buscar mecanismos de coexistencia con las religiones sin sacrificar la libertad individual; y, a su vez, ha pretendido liberalizar, socializar o asegurar la moralidad y, especialmente, el alcance y los efectos disuasorios de los vínculos interconfesionales en una relación mutuamente beneficiosa. (García Martín, 2020)
3. Debate histórico entre el liberalismo y la religión
La no consideración de la libertad religiosa, vinculada a la personalidad del individuo, ha sido objeto de duras críticas formalizadas a finales del siglo XIX. Antes de proceder con ellas, me gustaría detenerme sobre el concepto de “libertad irreligiosa”. Este término no es un término técnico que se derive directamente de la protección del derecho subjetivo de libertad religiosa (cuyo contenido principal es el de poder adorar o no hacerlo a Dios), sino que más bien se relaciona con el eco que aún encuentran los conceptos sartrianos de libertad negativa (no tener ataduras) y libertad positiva (ejercer la libertad hasta que se transforme en una actividad existencial “autónoma” o liberadora). El concepto de libertad negativa acabará siendo asociado con el liberalismo filosófico, en donde la persona es libre (creencia) de escoger las actividades no morales (así lo consideran los deontológicos) y que conciernen a la esfera de lo privado.
El debate histórico entre liberalismo y religión tiene sus orígenes en la lucha civil y religiosa en la Europa de los siglos XVI y XVII en torno a los derechos civiles y religiosos de las minorías emergentes. Todo ello desencadenó una potente serie de iniciativas ideológicas, normativas y organizativas cuyo resultado final sería el modelo de Estado moderno. Sin embargo, a lo largo de los siglos, la cuestión de los derechos y el estatus de la religión en los modernos Estados liberales ha sido motivo de fuertes contradicciones y a veces se han abierto pautas (revolución francesa, liberalismo decimonónico e ideologías totalitarias del siglo XX) cuyas consecuencias aún hoy podemos sentir en Europa.
Los argumentos en torno a la influencia o marginación de la religión en la esfera de lo público oscilan entre lo favorable o no perturbador de los propios morales en la vida política y lo interaccionista, incluso interesados, con la política y el Estado, estos últimos cuestionando el volumen, limitaciones o fenómenos políticos registrados, no necesariamente desde reflexiones de carácter laico. (Greising Díaz, 2023)
4. Puntos de inflexión en la relación entre el liberalismo y la religión
Hay hechos que justifican la identidad política católica y la definición de utopías liberales. En primer lugar, la relativa oposición de la jerarquía católica al Régimen liberal en la España de tiempos múltiples (1740-1939). En segundo lugar, la integración de diferentes sensibilidades sociales representadas en esas utopías liberales, utopías que pretendían organizar la sociedad sin desconfiar de las convicciones españolas para formar familias estables y fuertes ante cualquier injerencia estatal en la vida doméstica y personal de los creyentes. El punto de inflexión en la relación entre el liberalismo y la fe se produce en el siglo XIX, con su exacerbación en el positivismo y en el socialismo decimonónico, de claro signo antirreligioso. Las relaciones entre el Estado liberal, la sociedad civil y la Iglesia cambian en España con el advenimiento del Estado liberal isabelino. (Alonso, 2020)
Uno de los eventos más importantes dentro de la historia de la lucha entre la religión y el liberalismo lo encontramos con el antecedente de la Revolución Francesa en 1789. Desde bien temprano, los liberales franceses decidieron que la mejor estrategia política pasaría por la alianza de la razón, el progreso, la Ilustración y la tolerancia, a expensas de la creencia religiosa. Rousseau llega a decir que la idea de la justicia eterna se presenta a la mente del niño sin la menor educación; Helvétius niega que Dios pueda tener inteligencia; Holbach mantiene que los milagros no son una prueba de nada, ya que lo que la razón puede comprender no resulta maravilloso; y Voltaire niega todas las creencias religiosas y le irrita el dogmatismo. (Jones, 2021)
5. El liberalismo y la religión católica
Los primeros momentos, en tiempos de la Revolución Francesa, coincidieron con un discurso liberal asociado al laicismo y a un rechazo en bloque de cualquier institución religiosa. Estos impulsos no cayeron bien en la religión católica y, de hecho, estos laicistas pasaron del liberalismo al leve esbozo del socialismo. Tras el fuerte crecimiento del liberalismo en el periodo posterior a la Primera Guerra Mundial, se fue consolidando, ya que tanto podemos reconocer un fuerte crecimiento cuantitativo del liberalismo económico con la depresión del 29, a la que siguieron teorías que se aproximan un poco a los valores liberales.
5.1. Historia de la relación entre el liberalismo y la Iglesia Católica
El liberalismo, desde un punto de vista teórico, no puede aceptar nada que contravenga el principio de la libertad y con ella, la de la tolerancia. El liberalismo sociológico no se refiere pura y simplemente a las importantes doctrinas filosófico-políticas que se desarrollaron entre los siglos XVII y XIX, sino a la serie social genérica, compuesta por individuos y grupos dado cierto tipo de interacción, o relaciones, con un entorno configurado por instituciones, valores y costumbres. La sociedad de mercado, y sociedad respectivamente liberal, en el sentido derivado del propio establecimiento de interacción social vía mercado en cualquiera de sus variedades funcionales. Es más adecuado, por lo tanto, referirnos a las actitudes sociopolíticas más que al liberalismo. (Caney, 2020)
La relación históricamente más tensa y a menudo hostil ha sido la establecida entre el liberalismo político y social, cultor de la hegemonía de la razón, frente a la tradición católica, partidaria de la subordinación de la primera a la Revelación divina. La postura de la Iglesia Católica hacia el liberalismo no ha sido fija a lo largo de la historia eclesiástica, existiendo desde la publicación del primer documento pontificio que pormenorizaba los errores liberales frente a los que debían luchar hasta las consideraciones de los dos Pontífices anteriores al Concilio Vaticano II de Juan XXIII y Pablo VI, que se manifestaron en favor de algunos aspectos relacionados con este movimiento. (Van Wietmarschen, 2021)
6. Debate sobre el liberalismo y la religión
La interacción del liberalismo con la religión seguirá siendo un tema de debate. A partir de los diversos matices que los dos géneros primordiales de liberalismo existentes –el próximo a la vertiente socialdemócrata del socialismo y el ubicado en el ámbito conservador– han manifestado con respecto a su interacción con la religión, se encuentran situadas una gran cantidad de políticas actuales. Ello se deriva de la vitalidad que aún ostentan ambos modelos de praxis liberales, lo que no contradice un cierto agotamiento de las opciones que presentan actualmente. (Rawls, 2020)
En el estadio actual del debate, existe un consenso relativo en torno a la compatibilidad entre el liberalismo político y la religión, pero no así acerca de los límites precisos para la defensa pública de argumentos religiosos. En cualquier caso, existe una doble dimensión en el problema que nos ocupa. Una descriptiva, relativa al lugar de la religiosidad en la sociedad liberal contemporánea. Y, en segundo término, otra normativa, acerca del estatus moral y político de las comunidades religiosas y el alcance de la tolerancia en un ordenamiento liberal. Según esta línea argumental, el liberalismo político no se opone por principio a la manifestación pública de argumentos de carácter religioso. (Macías, 2022)
6.1. Cuestiones contemporáneas
Entre las grandes cuestiones que hoy día se nos presentan destaca un renovado interés en los temas referentes a la justificación, en último término, de las decisiones políticas. Ha renacido la preocupación por un liberalismo no relativista que admita la validez de sus principios y, únicamente, de un específico diseño político liberal. También emerge la de la fundamentación de las decisiones públicas en modernos estados constitucionales para amplias esferas de decisión y preocupados por el respeto al pluralismo. (Piggin, 2020)
El liberalismo juega un papel nuclear en esta moderna aptitud y es incuestionable que una parte de los elementos esenciales de la modernidad política han nacido en el seno de esta tradición. También es incuestionable que la actividad política y social de las Iglesias en el siglo XIX ha estado ligada al conservadurismo. Por eso, debe descartarse la ausencia de legitimidad radical de uno y otro actor y postular la necesidad de un diálogo siempre posible y muchas veces fructífero, aun a costa de ciertas dosis de disfuncionalidad en ambas instancias.
7. Conclusiones
En cuanto al aparente crecimiento de los movimientos fundamentalistas, surge la pregunta de si se trata de una obsesión de los sociólogos, un señuelo para obtener subvenciones de organismos de investigación gubernamentales, o representan un signo del lógico debilitamiento de las tres corrientes más importantes (protestantismo, catolicismo y judaísmo) dentro del reconfigurado espacio religioso contemporáneo. Lo cierto es que aparentemente estamos presenciando, en un contexto de pluralización y privatización religiosa, un retorno de lo religioso que se manifiesta en movimientos más preocupados por la defensa del legado espiritual religioso, por rearmar un bastión sagrado invadido por el inaceptable pluralismo valorativo procedente de los ámbitos civil y político público, que por establecer y fomentar relaciones de cooperación con el ámbito secular. (Florio, 2020)
En resumen, pese a todo, la relación entre liberalismo y religión está lejos de haberse roto, ni siquiera durante los periodos de mayor colisión doctrinal. La separación es, de hecho, imposible. No existe una neutralidad axiológica ni ontológica con la que actuar sin tener una concepción del hombre y de la sociedad que subyace permanentemente, puesto que nuestras decisiones acerca de la justificación, protección y limitación última de los órdenes instituidos son y serán siempre políticas, no formales ni científicas, y, por ende, relacionadas con nuestra visión de lo “natural” y de lo “antinatural”.
El liberalismo tiene una relación compleja con la religión porque a lo largo del tiempo continúa defendiendo la libertad religiosa al tiempo que reivindica la igualdad política, cosa que para muchos es incompatible. La relación entre liberalismo y religión no refleja compatibilidad o incompatibilidad en términos generales. Esto dependerá del paradigma de liberalismo, de los valores que cada cual defienda y del sistema de valores de las sociedades en las que se inserte. (Galeotti & Liveriero, 2021)
Referencias:
Ballina Ríos, F. (2021). ¿Hacia una teoría de la administración en América Latina? Ensayos de economía. scielo.org.co
Nasif, S. (2024). Jimena Tcherbbis Testa. La causa de la libertad. Cómo nace la política moderna en tensión con el poder de la Iglesia. Autoctonía (Santiago). scielo.cl
García Martín, J. (2020). Religión, política y estrategias de desprivatización: la movilización de los grupos laicos de inspiración cristiana en el Estado español. ehu.es
Greising Díaz, C. (2023). Algunas reflexiones a propósito de la “teoría del gueto católico” en el Uruguay laico. Humanidades (Montevideo. En línea). scielo.edu.uy
Alonso, G. (2020). «Sable en mano, con la cruz a cuestas». Las reacciones y los espacios del clero católico ante el Trienio Liberal. Bulletin d’Histoire Contemporaine de l’Espagne. openedition.org
Jones, P. M. (2021). The French Revolution 1787-1804. [HTML]
Caney, S. (2020). Liberal legitimacy, reasonable disagreement, and justice. Pluralism and liberal neutrality. [HTML]
Van Wietmarschen, H. (2021). Political liberalism and respect. Journal of Political Philosophy. ucl.ac.uk
Rawls, J. (2020). Political liberalism. The New Social Theory Reader. [HTML]
Macías, C. D. O. (2022). Libertad y cultura: tendiendo un puente entre el liberalismo individualista y el multiculturalismo liberal. Revista Filosofía UIS. amelica.org
Piggin, J. (2020). What is physical activity? A holistic definition for teachers, researchers and policy makers. Frontiers in sports and active living. frontiersin.org
Florio, L. (2020). Ciencia y religión: perspectivas históricas, epistemológicas y teológicas. [HTML]
Galeotti, A. E. & Liveriero, F. (2021). Toleration as the balance between liberty and security. The Journal of Ethics. springer.com