UNIVERSIDAD DE CARABOBO

PERSPECTIVA DISCURSIVA:

 RELIGIÓN-PODER EN ORGANIZACIONES SOCIALES

Autor: Alexis Espinoza, Telf.: 0414-4151886, alexespin2010@hotmail.com.  Profesor Asociado a Dedicación Exclusiva de la Universidad de Carabobo Licdo. Educación mención Matemática, Especialista en Educación Técnica, Magíster en Geometría, Doctorando en Cs. Sociales mención Estudios Culturales.

Resumen

Las creencias a nivel mundial han permitido que en las sociedades se desarrollen la formación de la identidad religiosa que se pone de manifiesto en la interacción cultural y humana. En este enfoque, los seres humanos  han intentado responder a las expectativas que se demarcan en los sistemas de creencias a través de la divinidad, cuestión que ha sido aceptada de manera global por todas las sociedades; tal postura induce a revisar la definición de religión que se maneja como una entidad cultural ancestral en la dinámica social y cultural con un gran peso de poder en dentro de las organizaciones sociales.  Es necesario mencionar que la religión ha permanecido y ha tenido una lucha titánica con el mundo cultural de la ciencia, vista ésta última como una derivación cultural, a pesar de que el asiento de la preocupación de los investigadores es también la búsqueda de la verdad.  Se debe reconocer  que existe una crisis del saber y de lo real, del conocimiento y de lo que se observa.

Palabras claves: Religión, poder, cultura, diversidad, organizaciones sociales.

Eje Temático: Educación, sociedad y cultura: Historia, geopolítica y estudios sociales

 


Summary

 

Beliefs worldwide have allowed societies in the formation of religious identity that is reflected in the cultural and human interaction are developed. In this approach, humans have tried to respond to the expectations that demarcate in belief systems through divinity, an issue that has been globally accepted by all societies; such a position leads to revise the definition of religion that is handled as an ancestral cultural entity in the social and cultural dynamics with a weight of power within social organizations. It should be mentioned that religion has remained and has had a titanic struggle with the cultural world of science, view the latter as a cultural derivation, although the seat of the concern of researchers is also searching for the truth. It should be recognized that there is a crisis of knowledge and reality, of knowledge and of what is observed.

 

Keywords: Religion, power, culture, diversity, social organizations.

Theme: Education , Society and Culture : History, geopolitics and social studies

 

 

 

 

PERSPECTIVA DISCURSIVA:

 RELIGIÓN-PODER EN ORGANIZACIONES SOCIALES

A nivel mundial existe una multitud de perspectivas o enfoques en la investigación social, que han intentado abarcar las críticas o aceptación sobre la importancia de los estudios culturales; las disquisiciones sobre el asentamiento de la tradición o las discusiones emergentes sobre destradicionalización, encuentran grandes espacios en la diversidad de foros sobre la cultura. Es en éste último territorio, en el cual la preocupación de los estudiosos de las ciencias sociales orienta la mirada a lo nocional humano del sistema de creencia, para posicionarse en una intensa producción de criterios sobre el papel que en la cultura juegan tanto el sistema de creencias como la particularidad que se ofrece desde la religiosidad. Allí es de observar que el eje focal de  tales cosmovisiones evidentemente refleja que las creencias han permitido la formación de la identidad religiosa que se pone de manifiesto  en la interacción cultural y humana en las diversas sociedades.

Por otra parte, en América Latina, en el proceso de internacionalización y de profundización de las interrelaciones económicas, culturales y políticas, las definiciones sobre los modelos de identidades nacionales han perdido vigencia, no obstante ya que en muchas regiones se ha producido un renacer de dichas identidades, bajo la forma de nacionalismos extremos, especialmente en la última década del siglo XX y en la primera del Siglo XXI; en este lapso, se ha profundizado la dependencia económica e incluso política. Paralelamente, se está experimentando un acelerado proceso de modernización cultural mediante el impresionante crecimiento de la difusión de los medios comunicativos, que como lo señala García Canclini (2008: 259): “La mayoría de los bienes y los mensajes que recibe diariamente cada pueblo han sido generados fuera de su territorio o en empresas trasnacionales que, aún residiendo dentro del propio país, ajustan su producción a estándares globales”.

De igual manera, se ha producido una gran extensión de la educación básica y media y un acelerado proceso de internacionalización de la formas de consumo, y, en términos más limitados, de los estilos de vida. A su vez, continúa la migración interna hacia las grandes ciudades y la ampliación de una “cultura de la pobreza” a modo de lo relatado por Lewis (1966), signada por formas de exclusión social que han sido reconocidas como pobreza dura.

Frente este proceso de colonización acelerado del mundo de la vida y de destrucción de valiosas tradiciones y formas de vida, el pensamiento crítico no puede ya definirse exclusivamente por su orientación al cambio social. Enfrentado a estos procesos de modernización de dinámicas exógenas, ha resignificado la temática de la identidad, no para utilizarla como un argumento contra el cambio social, como lo hicieron anteriormente los conservadores, sino para discernir respecto a dichas transformaciones y proponer su humanización.

Allí, en el seño de la dinámica social constructora de identidades, el sistema de creencia, comprende una  suma de características que se ubican en un proceso de invención al interior de los llamados actores sociales. Estos, siempre han buscado responder a ciertas interrogantes planteadas desde los principios de la humanidad, destacando que para el pensamiento humano es fundamental lo sagrado, esto ha conllevado la formación de la creencia al interior de la masa social inconcusamente.

En esta perspectiva, las personas han intentado responder a las expectativas que se demarcan en los sistemas de creencias a través de la divinidad, cuestión que ha sido aceptada de manera global por todas las sociedades; tal postura induce a revisar la definición de religión que se maneja como una entidad cultural ancestral, en términos de lo que ya Tomas de Aquino, según la Biblioteca de Autores Cristianos (2007),  advertía al definir religión, señalando que: “…la religión importa propiamente en el orden de Dios”, esta tiene una referencia originaria y universal.

Sin embargo, en la dinámica social y cultural, en general, se han presentado diversidad de religiones; a pesar de ello, se evidencia que éstas están entrelazadas entre sí, destacando que unas nacen por la  aceptación de nuevas formas de ver la religiosidad que las otras niegan. En este ámbito cada sociedad ha ido estableciendo sus pautas, normas y hasta estructurando los aspectos de las mismas, a través de lo que estipula la religión como un desiderátum de los contenidos de sistemas axiológicos complejos; entonces, la religión es vista, desde el principio, como la base o categoría fundamental de los seres humanos.

Sobre el eje central de la temática cultura-religión, es de mencionar que las religiones, algunas llamadas también filosofías de vida, mencionan a Dios y que en su máxima expresión se denominan Monoteístas, a excepción del Budismo que se denomina no teísta, cuestión que es inadmisibles para las otras ya que su Dios se denomina en sus escrituras  como “un Dios celoso”, estableciendo la confluencia con el criterio de deidad observado en el monoteísmo.

Por otra parte, el  hombre como ente transformador del desarrollo humano en su concepción estructural tripartita,: cuerpo, alma y espíritu, derivada de las acepciones sobre la cultura religiosa, asume posiciones en una condición natural, en cuanto al paradigma de la religión o el religar, de manera dialógica, que lo involucra como ser humano inmerso en sociedad; allí, en el seno mismo del escenario empírico para la puesta en escena de la religiosidad, es la entidad reconocida como alma, complementaria y antagónica, la que emerge complejificando la crisis del saber y de lo real, consecuentemente afectando la construcción de lo cultural, factores que confluyen no dejando por fuera nada, creando un pensamiento de superación, conservación y cambio que magnifican lo simple y lo tautológico (la verdad verdadera que nos identifica),  del ser en cuanto al saber y las interrogantes planteadas por el ser humano desde el principio: de  dónde viene y hacia dónde va.

La concepción de la religión en las personas, del saber de dónde viene y hacia dónde se va, ofrece inestabilidad y desequilibrio que se funden en una ruptura epistemológica del desarrollo de la esencia en la figura del hombre.  En el mundo de la vida cotidiana, reconocemos que se vive  en una sociedad conflictiva y tergiversada, que genera una especie de desorden colectivo, en el cual los patrones o modelos se van fracturando, llamando a lo bueno malo y a lo malo bueno, a lo dulce amargo y a lo amargo dulce; un antagonismo amorfo en el cual son evidentes las amenazas que se ciernen sobre las concepciones culturales que tradicionalmente definen la condición humana de las personas. En el mundo cultural de la ciencia, vista ésta última como una derivación cultural, la dinámica en las discursividades es más focal; el asiento de la preocupación de los investigadores es también la búsqueda de la verdad, siempre en el marco de los patrones de producción de conocimiento que acompañan a cada comunidad de práctica investigativa. Tal como lo señala Beck (2006: p): “La acumulación de conocimiento sobre nuestro entorno natural y social no ha conducido como hubiera sido de esperar a una mayor certeza sobre las condiciones en que vivimos”; este estadio es entonces de incertidumbre y revela la complejidad del alcance de los saberes humanos en el plano de la ciencia, dejando ver, igualmente, la contradicción actual de lo teleológico de la ciencia, muchos problemas dejan de ser tratados como problemas de orden y pasan a ser centro de interés como problemas de riesgo.

Desde la perspectiva epistemológica, en el centro conflictivo de lo social, la vieja lógica permite señalar que la aleatoriedad confunde las masas al fundir lo casual con lo causal. El pensamiento lineal que acompaña a la interacción humana en los planos culturales mas rancios de las sociedades que muestran consistencia en el plano de la religiosidad, revela que la causa produce un efecto que puede ser positivo o negativo, de verdad o falsedad; pero nunca ambas, por lo que se debe distinguir de manera tautológica, que  el conectivo principal de lo proposicional deja ver como resultado todas sus opciones de verdad. Es en la interacción social que surge en la configuración de las diversas aristas de lo cultural donde se pone en evidencia una repitencia aleatoria o fortuita en el desconocimiento de la verdad que la refleja la historia y que acompaña como derivación de la cultura a la historicidad, cuestión que en las esferas de poder, en lo operacional de lo colectivo, cuesta reconocer y al individuo comprender. Es entonces necesario revisar la historia para interpretar y comprender la aleatoriedad dentro de lo causal.­­­­­­­­

El fenómeno causa – efecto es el conjunto de partes o las  partes en el todo del desarrollo humano que se establece como un juego donde las reglas no son concebidas como parte de ese todo, que se ofrece como testimonio vivo para la reflexión de ir atrás, corregir y seguir adelante. Es ese fenómeno que no permite avanzar al no reconocerlo como parte del todo dejando al ser humano cansado y como arando en el mar, haciendo surcos, sin tierra donde sembrar la semilla o sin piso donde construir; es una limitante más que no deja ver el alcance del horizonte de lo que se puede observar.

Hoy reconocemos que existe una crisis del saber y de lo real, del conocimiento y de lo que se observa. Lo tautológico no es evidenciado por un interés de poder, calculador y maquiavélico, que determinan los modelos a seguir, no importando el pasarle por encima o destruyendo la esencia misma de lo que es el hombre, es ese sentido el que hace perversos e inescrupulosos al hombre como tal, basta con ver la naturaleza pecaminosa de la cual se esta hecha para observar  cuan destructivos son los hombres al no suministrarse, que se deja atrás un devenir histórico que muestra los desaciertos no reflexionando sobre los mismo.

RACIONALIDAD DE LO COMPLEJO

En este segmento de la problematización, reconocemos que la ruptura con la linealidad de lo normativo-prescriptivo en lo social, obliga girar la mirada a la racionalidad de lo complejo. Así, el orden y el desorden componen inconvenientes notables y estos se intensifican más aún cuando se procura lograr una concepción consistente del mundo relacional humano; así, la filosofía, por ejemplo, intentó establecer algún orden para poder dar argumentos a las interrogantes  presentadas o planteadas por el hombre y siempre este impulso terminó en plantearse más interrogantes sin respuestas definidas, Bohm (1992), al discutir la cosmovisión sobre orden y desorden, menciona que Aristóteles  expresó a estos resultados como “si el universo se resistiera al infinito a ser humanamente ordenado, imponiendo su incomprensible desorden”.  Él mismo, enuncia en cuanto a las ideas de orden y desorden que siempre éstas han necesitado carácter y principios fundamentales para permitir ser dilucidadas ya que encierran una profunda dificultad que las ubica en el plano de las epistemes de la complejidad.

Cabe  destacar que el orden es necesario ante el desorden, el bien ante el mal; pero es su complementariedad la que permite vislumbrar los errores ante una crisis de presupuestos, al llamar lo desordenado ordenado y a lo malo bueno, es necesario sincerar lo antagónico y complementario, es necesario ordenar los paradigmas que han dado resultado en un devenir histórico del sistema de creencia que pareciera insondable pero no lo es.

Sobre el tejido constructivo de la problematización, ya argumentado, puede señalarse que el pensamiento complejo (Morín, 1994; García, 1998; Prygogine, 2000) asume una posición de acercamiento y a la vez de retiro como un esfuerzo de ir con y en contra de la problemática planteada como involución de lo social, al describir de dónde se viene  y hacia dónde se va como sociedad; allí, las herramientas para detener dicha involución no se conocen, es triste la realidad pero los hechos lo ponen de manifiesto.

Es en la crisis paradigmática de la religión, en ese ir y venir, a favor y en contra, acercamiento y a la vez retiro, de los paradigmas religiosos, hace necesario escudriñar para entender al individuo en la sociedad como especie. Es el individuo la esencia de la sociedad como una especie vital; entonces, es recursiva la crisis en el paradigma de la cultura religiosa que presenta un elemento de producción cíclica, a manera de feed-back, como causa y efecto; son las distintas posiciones positivas o negativas las que permiten visualizar la causa y el efecto, determinados por la variable tiempo. Es la retroalimentación la que permite distinguir la veracidad tautológica de las posiciones argumentadas en los distintos paradigmas del hombre en el devenir histórico, en el desconocimiento de dónde viene y hacia dónde va.

ÉTICA Y RELIGIÓN

Es el religar de los paradigmas, en cuanto al concepto de religión donde se visualizan definiciones de hombres que plantean una crisis en su concepción, por lo que es necesario plantearla como un pensamiento complejo desde la dialógica, la recursividad y la hologramaticidad en cuanto a la asociación y complementariedad, en interacciones con relaciones antagónicas, como elemento que produce una causa y un efecto en una figura que representa la parte en el todo.

En el panorama descrito, lo simple se hace complejo cuando se tergiversa el contenido que lo conforma. La religión se ha transformado en un hecho deformado por el hombre, quien siguiendo pasiones desordenadas, no poniendo la esencia como norte, se sumerge en las dificultades,  teniendo como consecuencia la crisis social, que sostiene la confusión del hombre en cuanto al saber de dónde viene y hacia dónde va, entendida como la búsqueda de la verdad.

Es la historia la que apoya esta crisis, son cada uno de los seres humanos  los llamados para ir con y en contra, porque se parte no de la nada sino de algo que hay que cambiar y de eso se esta consciente los que quieren realizar el cambio significativo y seguir adelante en continua búsqueda. Es esa una tautología que redunda pero tiene sentido.

Por otra parte, las ciencias plantean la existencia de un código genético en el accionar ético, que a manera de sistema axiológico está preestablecido en cada ser humano; allí, los valores y el poder de decidir o el libre albedrio son parte de esa naturaleza  que viene encapsulada en el código genético; de igual forma, la ética y la religión forman parte de la misma, como una maleta que se trae como equipaje. En términos de la lógica como ciencia formal, todo pensamiento es válido o tautológico; si todas sus opciones son verdaderas, tomando en cuenta todas las partes del todo, es necesario percibir la posición de que si la genética predeterminase a la moral, el libre albedrio no existiría. Simplemente, los  genes no pueden coartar la libertad. Si la genética regulase a la ética, entonces, el actuar del hombre fuese como animal dominado por su carácter instintivo. Aunque reconocemos la racionalidad humana en su propia naturaleza, son los animales no racionales los que carecen de libre albedrio y los que en absoluto no pueden hacer nada que no esté prefijado en sus instintos. Qué argumento entonces pueden tener las llamadas ciencias duras cuando interpretan la ética preestablecida por la genética.

La concepción de la ética, por mucho tiempo ha estado impregnada de definiciones con posturas distintas en función del hombre, que pone en práctica la manera racional de hacer o no hacer, lo que lo diferencia de los animales como seres pensantes, sabiendo que solo el hombre tiene colocado en el corazón y escritas en su mente leyes puestas en su naturaleza humana por Dios; componentes llamados por muchos científicos, conciencia, consiente, subconsciente, cuya dinámica va determinando en el tiempo y en el espacio, la veracidad de la lógica representada por los hechos que ocurren de manera casi natural en la vida cotidiana.

En términos de la lógica, toda proposición veritativa que refleja una ley de inferencia tiene como resultado una tautología (Martínez, 2010), y es esta una herramienta que puede verificar concepciones de hombres que pudieran deformar el sentido moral y ético que  de una u otra forma obstaculizan o desvían el buen sentido o dirección del repensar de la religión, como un paradigma que debe tomarse en cuenta en esta sociedad convulsionada donde el humus entendiéndose este como la esencia de la sabiduría y esta, se encuentra confundida y en estado de descomposición.

Morín (1994) cuando habla de complejidad, se refiere a la raíz latina elemental de la palabra “complexus”, o sea lo que esta tejido junto. El verdadero problema (de la reforma del pensamiento) es que tienen  la tendencia a separar, mejor vale aprender a vincular. El pensamiento complejo emerge frente a la necesidad imperiosa del cientificismo y academicismo a la división disciplinaria, por lo que es necesario pensar el mundo de forma transdisciplinaria y holística no abandonando la noción de las partes.

El pensamiento disciplinario es una de las limitantes que conduce al autismo intelectual por falta de definiciones integradoras. Cuando un científico especializado profundiza en cierta área del conocimiento, se torna incomprensible porque limita lo integral al funcionar de forma egoísta por lo que no comparte su aporte.

La dialógica denota la coherencia de un sistema que surge de la paradoja y del encuentro de fuerzas antagónicas a priori.  La recursividad denota los conceptos de auto-producción y auto-regulación por lo que el sistema no solo recibe una retroalimentación del medio, sino que esta retroacción modifica la estructura misma del sistema.

En la complejidad, la hologramia o principio hologramático, se resume sugiriendo que la parte está en el todo, pero el todo está en la parte un ejemplo de esto es el patrimonio genético del individuo. Se plantea entonces, desde esta perspectiva tomando el pensamiento complejo de Morín (1994) como base de discusión del por qué se debe abordar el problema de la religión, como problema humano, en cuanto al saber de dónde viene  y hacia dónde va, en el marco de la crisis social paradigmática.

Diversas escuelas de pensamiento, confluyen en el estudio del ser para conocer la verdad, buscando ser libres de su cautividad intelectual que ayuda en la capacidad del yo pero no llega a universalizar la historia; lo fortuito o aleatorio, lo recursivo y la hologramia como principios del pensamiento complejo, se hace evidente en las corrientes filosóficas del pensamiento donde lo tautológico juega un papel importante en la búsqueda de la verdad, donde la religión en su esencia define al ser en la pregunta de dónde se viene  y hacia dónde se va, en la ética que tiende hacia lo moral en la búsqueda del Dios creador de un espíritu que tiene un principio y un final, en un camino que viene y va. Es cíclica, la vida es causal y forma una parte del todo y es a su vez toda la parte.

Es la idea con la cual se identifica todo el ser al ser per se, subjetivo donde la verdad es la creación de la misma. Los seres humanos están  dotados de una naturaleza divina que va mas allá de nuestro intelecto donde la lógica es una herramienta del conjunto de aproximaciones de la verdad pero no los hace libres del todo.

Las religiones se ponen en manifiesto cuando la necesidad lo amerita, en las cinco religiones más importantes del mundo como lo son: Judaísmo, Cristianismo, Islamismo, Hinduismo y Budismo, se evidencia el hombre trascendental al vislumbrar la necesidad de saber de dónde viene y hacia dónde va, son las múltiples preguntas que las ciencias duras no puede responder en su aproximación cientificista, es por esto la necesidad de distinguirlas en un estudio riguroso de un devenir histórico que se magnifica por los hechos, hechos que ponen en evidencia la factibilidad del convivir en una sociedad que aflora la incapacidad de obtener resultados favorables.

En atención a lo planteado, asentimos en que el tiempo determinante de los hechos históricos, es la herramienta práctica que arroja la verdad verdadera o la tautología de presupuestos en el devenir histórico de las cinco religiones mas importantes del mundo, instancias en las que se reflejan la búsqueda en la lucha evolucionista de un Dios que draga el sentido sobrenatural visible o invisible de lo sublime que determina una infinidad de ritos, sacrificios, dependencia, entrega y cambios, por una parte tangibles, por otra intangibles que se distinguen en el conocimiento de  cada una de ellas.

Cada una de las religiones sostienen principios que se mantienen en el tiempo de sociedades distintas, que confluyen en un ente transformador como sujeto y un elemento intrínseco como objeto; la religión, como base del dominio del hombre por el hombre en sus distintas teorías, debe ayudar a interpretar y comprender la existencia, que todavía la ciencia no explica por lo intangible e incomprensible en el conocimiento científico, que para el hombre en su generalidad le es necesario vislumbrar.

 

CONCLUSIONES

Los métodos son distintos en alcanzar ese conocimiento que se encuentra en la naturaleza del ser y que es necesario dilucidarlo para alcanzar la plenitud del bienestar de cada ser humano en los efectos de la conciencia y la razón. Muchos asumen la palabra escrita en el primer libro impreso (la biblia), en el Corán, en el Tanaj, en Veda, en Pali Tripataka u otros escritos hechos por hombres, ritualistas que conviven en sociedades que guardan el mismo principio de subsistencia porque lo que está hecho, se hizo de lo que no se veía o lo tangible de lo intangible ¿Qué es lo primero? ¿Cuál es el orden? ¿Lo sobre natural o lo natural?

En la práctica, así se desenvuelven las sociedades en este mundo globalizado donde la religión está muy ligada al poder o al dominio, pero es cada hombre en su atributo del discernimiento quien elige su verdad y son los resultados los que determinan el compartir de cada religión en la naturaleza del ser. Los ámbitos son distintos pero la verdad es una sola, el camino del bien determina el mal y es en esa naturaleza humana que percibimos a través de nuestros sentidos la veracidad de cada momento porque cada día determina lo que vamos hacer mañana; en nuestra condición humana, la interrogante  ¿de dónde viene y hacia dónde va?

Es el religar en lo socio-cultural y el definir cada una de las religiones precisando la creencia y vislumbrando en que están fundamentadas, lo que nos permite tener una cosmovisión del desarrollo y evolución de todas las sociedades que confluyen determinando por fe la verdad espiritual del eslabón perdido de nuestro ser, que avizora un comienzo, un desarrollo y un fin que se pierde en el conocimiento del saber que hay mas allá de la muerte del hombre. Muchas son las preguntas y pocas las respuestas donde la lógica, la razón y la conciencia se funden para distinguir la verdad verdadera en la necesidad del conocimiento pleno, que si bien es cierto que no lo conocemos todo, también es cierto que la búsqueda es infinita como lo es DIOS el creador  de todas las cosas.

 


 

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