Análisis epistémico y exegético a los primeros escritos del joven Søren Kierkegaard. Segunda parte: Posibles consecuencias del debate intelectual danés en las primeras obras del joven Søren Kierkegaard

Joseph Alexander Freire López

Centro Henry Hazlitt,

Universidad Francisco Marroquín,

6 calle final zona 10, Guatemala, C. A.

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Palabras clave: Kierkegaard, influencias epistémicas, escritos juveniles, filosofía danesa

Introducción

Luego de la breve introducción sobre el ambiente intelectual y de la discusión general sobre la recepción del pensamiento alemán en Dinamarca desarrollada en la primera parte de esta investigación, ha sido posible establecer que el tema sobre el uso de la ironía como recurso estético-ético por parte de los partidarios del romanticismo danés entre los años de 1830 y 1840 fue uno de los temas de mayor debate entre los intelectuales daneses.  Hasta este punto se ha buscado caracterizar algunos de los principales académicos en Dinamarca, destacando en ellos, aquellos elementos que permitan comprender cuál fue la influencia filosófica en los años de formación del joven estudiante danés Søren Kierkegaard y en la fundamentación de su obra de 1841 “Om Begrebet Ironi reed stadigt Hensyn til Sócrates” o “Sobre el Concepto de Ironía con referencia constante a Sócrates”.  Por lo que en las páginas que siguen se analizará, someramente, algunas posibles consecuencias en los primeros trabajos que, entre inéditos, informales y novicios, constituyen el entero Corpus juvenil de Kierkegaard previo a su escrito de 1841, texto central en la presente investigación.

Será necesario recordar que no se pretende realizar un análisis exhaustivo y crítico sobre cada uno de los escritos juveniles de Kierkegaard.  Esa tarea sobrepasa el alcance del presente estudio monográfico.  De esa cuenta, únicamente se presentan algunas orientaciones que permitan avanzar hacia nuestro segundo objetivo, a saber: analizar la existencia de alguna influencia filosófica importante en la construcción del sistema de la obra “Sobre el Concepto de Ironía”.

La vida personal y pública del joven danés Søren Kierkegaard (1813-55) es bien conocida comparada con su desarrollo intelectual en su etapa como estudiante de filosofía y teología, la cual ha sido escasamente estudiada y suscrita a unos escasos y breves textos publicados, la mayor parte en idioma danés y alemán,[1] lo que dificulta la tarea de elaborar una síntesis sobre la vida académica del joven Søren Kierkegaard

Los años de juventud del estudiante danés, coinciden con la época de mayor productividad intelectual de Hegel. Kierkegaard, entró en la Universidad de Copenhague un año antes de la muerte de Hegel (1831) a los 17 años.  Durante los 10 años que fue estudiante (1830-1840), el debate intelectual en torno a la filosofía de Hegel se desarrolló de forma intensa; se publican las obras completas de Hegel y se forman dos líneas diametralmente opuestas: la izquierda y la derecha hegeliana.[2]  Surgen periódicos, unos a favor, otros en contra de Hegel.  Se comienzan a aplicar los principios lógicos hegelianos en todas las esferas del saber y Schelling busca restablecerse intelectual y académicamente en Berlín. Para el año de 1840, un año previo a la presentación de su trabajo de graduación “Sobre el Concepto de Ironía”, la separación de la gran mayoría de intelectuales en general hacia la filosofía de Hegel se radicalizaba.  Surgen figuras como Feuerbach y Stiner, y aparece el pensamiento social radical de Marx y Engels. Es así como la época de estudiante del joven Kierkegaard coincide con este ambiente académico externo a Dinamarca.

Internamente, el ambiente intelectual danés estaba dominado por una combinación de la filosofía hegeliana, las ideas estéticas del romanticismo y los ideales de la Iglesia luterana.[3]  El interés intelectual del joven Kierkegaard, estaba centrado en la literatura y la filosofía; en el estudio de los diálogos de Platón, los románticos alemanes, Shakespeare y las últimas autoridades filosóficas de la época como Kant, Hegel y Schelling.[4]

Entre los académicos daneses que se sabe ejercieron gran influencia en él durante este período de estudio destacan Johan Ludvig Heiberg (1791-1860) y Poul Martin Møller (1794-1838).[5]  Por esta época, el joven Kierkegaard soñaba con consagrar una brillante carrera literaria y para ello buscó el apoyo de Heiberg que como ya se ha mencionado, era una institución académica en estética por esos días,[6] por lo que a partir de este momento, Søren Kierkegaard parece haber sido un seguidor entusiasta de Heiberg y su círculo intelectual.

Kierkegaard estaba al tanto de los distintos temas filosóficos y académicos, ya sea por medio de la lectura de algunos textos primarios, aunque principalmente, por medio de las discusiones[7] que estaban en auge propiciadas por el ambiente intelectual danés. Figuras de la talla de Heiberg o Møller, son pieza clave para acercarse a responder la pregunta fundamental de esta investigación que trata sobre ¿cómo se refleja esta influencia en la estructura de su trabajo de 1841?, pues ha sido la interpretación que han hecho los académicos daneses sobre todos los problemas filosóficos con los que Kierkegaard se introdujo al mundo filosófico, es decir, le ofrecieron un modelo de críticas sobre temas controvertidos, por ejemplo, el asunto teórico de la tríada estética heibergiana, la intuición y disposición al mundo como solución a la crisis intelectual danesa y el concepto de ironía controlada.

Entre 1831 y 1835, el joven estudiante danés, no conoció ni examinó otros tipos históricos de filosofía que no fuera el hegeliano.[8] Durante los años de 1835 a 1838 fue profundamente influenciado por los románticos Novalis (1772-1801), Hoffman (1776-1822) y los hermanos Schlegel: August Wilhelm von Schlegel (1767-1845) y Friedrich von Schlegel (1772-1829), particularmente por la importancia que le daban a lo extraño, lo misterioso, lo no etiquetado, es decir, todo aquello que no encontraba asidero dentro de los conceptos de la experiencia humana, pero especialmente,  por la visión de vida [9], idea romántica que considera que la experiencia de vida en cada individuo debe lograrse por medios propios como una necesidad subjetiva que asimila y transforma toda experiencia de vida en un principio supremo vital.  Esta idea, que no encontró cabida dentro de los conceptos de la filosofía tradicional, abrió una nueva vía epistémica en el pensamiento de Kierkegaard. Lo que permitió el desarrollo de otro tipo de valores que reñían directamente con la estructura académica imperante.  Empero, el joven Kierkegaard nunca tuvo simpatía por las ideas sobre la experiencia de vida de forma caótica, sin interpretación o por la pasión desbocada y en este punto se diferenciaba claramente de la posición romántica alemana.

El joven estudiante, dejó de simpatizar con el romanticismo puro y duro a mediados de 1838, en parte, porque reconoció el peligro de perderse en un ensimismamiento nulo y vacío que producía en él un efecto alucinógeno, es decir, un estado de éxtasis en el cual el individuo poseía una imaginaria grandeza que, según Kierkegaard, sólo conducían al agotamiento, la desilusión e insoslayablemente a la desesperación[10] y, en parte, por la influencia del pensamiento de Heiberg y su campaña hegeliana antirromántica. Pero es claro que una parte importante de las ideas románticas sobrevivieron en él y se hacen evidentes en las intenciones intelectuales que tiene el uso del concepto de visión de vida que surge como una constante en algunos de sus escritos de estudiante, p.e., en “De los papeles de alguien que todavía vive” de 1838.

Este era el ambiente intelectual danés en la década de los años 30.  Momento en el que el joven estudiante comenzó a manifestar intenciones de incursionar en el mundo literario en general y en el drama en particular. Intenciones que respondían necesariamente a los lineamientos intelectuales y literarios de todas las fuentes mencionadas hasta este punto. Son pues, importantes para comprender la imagen que Kierkegaard tenía sobre la filosofía en boga de influencia alemana y en muchos aspectos hegeliana. Por tanto, el debate danés sobre la ironía romántica y la propuesta filosófica hegeliana de Heiberg son las fuentes principales que fundamentaron la imagen que él tenía de la filosofía; sus problemas y conceptos centrales que conformarán su pensamiento y propuesta literaria en su etapa de juventud.[11]

Por todo lo anterior, en el presente capítulo se busca desarrollar, someramente, un análisis de los fundamentos filosóficos presentes en los principales textos del joven estudiante Søren Kierkegaard que van de 1834 a 1838.  Conocer estos textos, inmediatamente anteriores a la disertación de su tesis de maestría “Sobre el Concepto de Ironía” de 1841 resulta especialmente importante a razón de que: podrían proporcionar elementos que impelen esta investigación y la aproximen a obtener un panorama concreto sobre los fundamentos filosóficos que Kierkegaard dispuso al momento de escribir su trabajo.  En este contexto, se consideran cuatro textos breves que pueden ser comprendidos de mejor forma teniendo de fondo ese mundo en el que el joven danés vivió. Por tanto, en el capítulo anterior resultó particularmente importante conocer algunas de las fuentes intelectuales y académicas danesas porque a hasta este punto es plausible establecer quienes y cuáles fueron las figuras que formaron parte de su temprana actividad literaria y académica

1          El joven estudiante y sus primeros escritos

Søren Aabye Kierkegaard (1813-55) ingresó a la Universidad de Copenhague en el año de 1830 y su primer texto como estudiante es de 1834 cuando apenas contaba con 21 años. El primer texto titulado “Otra defensa de las grandes habilidades de la mujer”, proviene de un grupo de anotaciones dispersas que escribió con la intención de publicar en la primera revista del hegeliano Heiberg Kjobenhavns Flyvende Post.  Este texto es una réplica al trabajo de Heiberg “Sobre la importancia de la filosofía para la época presente” y trata principalmente cuestiones sociales y políticas locales del momento.  El segundo texto, “El Ladrón Maestro” de 1834 a 1835, consiste en siete breves entradas sobre la figura dramática de un forajido de corazón noble que se enfrenta al corrupto orden establecido.  El tercero de 1837 consiste en una serie de anotaciones en sus diarios personales en el cual desarrolla una teoría dialéctica por etapas y que compara directamente con el movimiento dialéctico de Hegel.

Finalmente, el cuarto texto, “De los Papeles de Alguien que Todavía Vive”, claramente constituye el más importante texto de la etapa como estudiante de Kierkegaard.[12] Apareció el 7 de septiembre de 1838 y constituye su primera obra en sentido estricto.  Es una reseña a manera de sátira sobre el concepto estético de la vida[13] pero, principalmente, fue una crítica severa contra el estilo y apreciaciones de la ética de la vida por parte del novelista Hans Christian Andersen (1805-75) y su novela “Only a Fiddler” que contiene principalmente algunas consideraciones sobre la literatura danesa de la época y el arte de escribir.  En este trabajo, el joven estudiante emplea elementos fundamentales de la estética heibergiana en un lenguaje aparentemente hegeliano. Este trabajo fue escrito originalmente para ser publicado en la segunda revista de filosofía hegeliana dirigida por Heiberg, Perseo -Journal for den speculative idee-.

 

1.1 El ladrón maestro

Entre los años de 1834 y 1835, el joven estudiante de 21 años elabora su primer proyecto literario, el cual escribió en siete breves entradas con la intención de desarrollar un drama romántico e ironizado.  Desarrolla una figura conocida como “Ladrón Maestro (mestertyv)”[14], un forajido de corazón noble provisto de disciplina, astucia e ingenio que, con un profundo sentido de la justicia, busca proteger al desamparado de la opresión del tirano.  Por ello, enfrenta al corrupto orden establecido corrigiendo los abusos de la justicia convencional que lo lleva a padecer de la incomprensión de la sociedad en general, pero al mismo tiempo, es un héroe popular[15] que en suma es un luchador social.   El personaje, estaría en sintonía con el arquetipo inglés de la edad media Robin Hood e inspirado en el personaje central de la ópera Fra Diávolo que se presentó por esa época en el teatro Real dirigido por Heiberg.[16]

La idea de la figura del ladrón maestro era abundante en el folklor popular de la época en que Kierkegaard era estudiante.[17]  Lo que distingue al ladrón maestro del joven Kierkegaard es que, en general, el ladrón maestro que forma parte del folklor popular es una figura unidimensional.  En este sentido, el ladrón maestro que muestra el folklor está ya desde sus inicios en una forma acabada.  Contrario a la figura que Kierkegaard desarrolla, la cual está dramática y románticamente elaborada, exigiendo mayor sofisticación y complejidad que no sólo se explica por el contexto en el que el personaje se desarrolla, sino que, además, por los sucesos traumáticos que lo han llevado a ser lo que es, es decir, su historia de vida le muestra y entrega un aprendizaje integral que le permite comprender el mundo y así adquiere una visión de vida[18] que estaba ampliamente presente y desarrollada en los protagonistas de las obras de autores de la Bildungsroman.[19] En resumen, el ladrón maestro del folklor general posee un sentido nato de la justicia en contraste con el ladrón maestro dramatizado cuyo sentido de lo justo es el resultado de un conjunto de creencias que ha adquirido gradualmente a lo largo de su experiencia de vida.

El ladrón maestro así entendido, es producto de un largo proceso de errores y excesos de vida en su juventud que, al llegar a cierto punto de su vida, decide reformarse y buscar el favor de la figura de la autoridad local.  Pero luego de muchos reveses, se convierte en el líder de un grupo de ladrones que lo lleva a realizarse como individuo al margen de la ley.  Este ladrón maestro es movido por la idea de una franca oposición contra el abuso del uso de la ley por medio de una actitud burlesca e irónica reduciendo todo y a todos a un plano de insignificancia.  Este humor representa para él una forma de armonizar su insatisfacción.  Finalmente, él está dispuesto a pagar por los delitos cometidos poniendo su vida a disposición de la justicia a sabiendas de que todas sus acciones realizadas fueron por una causa socialmente justa pero que en síntesis fueron contra la moral del Estado.  Esta perspectiva dialéctica en la conciencia ética del protagonista, que está entre la justicia entendida subjetivamente y la justicia en sentido objetivo, busca conciliar su propia visión de vida con las exigencias de la ley en las normas histórico, cultural y universalmente concretas, pues entiende que existe una contradicción en el sistema de valores que solo mediante el recurso y empleo de la burla, humor o sátira podrán revelarse al mundo. Contradicción que surge de las costumbres de la burguesía que implican exclusión de las necesidades de los demás.

Este aspecto es importante para esta investigación ya que, al definir la forma del personaje central, Kierkegaard pone de telón de fondo, por un lado, el uso del drama-cómico anunciado por Heiberg como el más desarrollado y, por otro, el comportamiento de Sócrates que, al reconocer en sí mismo una ignorancia operante, hace destacar por medio de la ironía las contradicciones de un saber aparente en una época decadente.[20]

La característica que le permite al ladrón maestro realizar estas acciones es la misma que le permite a Sócrates ridiculizar el orden establecido[21], es una intuición que le muestra las contradicciones y el relativismo en que la realidad humana se ha convertido.

Este proyecto es un experimento juvenil incompleto y poco original que se pierde en lo fragmentario, inconexo y sin una trama desarrollada, pero en cuya idea se encuentran elaboradas las primeras intuiciones de una convicción vital que desde el interior impele al ser humano a hacer y sacrificarlo todo por encontrar una visión de vida que le dé sentido a la existencia.  En este punto, Kierkegaard parece seguir la idea de disposición desarrollada por Heiberg, además del hecho de que el concepto de sacrificio que defenderá en “Sobre el Concepto de Ironía” encuentra su fundamento aquí.

En la época que escribió estas entradas, Kierkegaard fue estudiante de filosofía y asistía con frecuencia a eventos y conferencias en los que Heiberg, considerado por la época como pensador modelo a seguir tanto como lo era el mismo Hegel, era el académico principal.  Por lo que no es de extrañar que este trabajo prematuro de Kierkegaard esté íntimamente relacionado con los conceptos de humor y disposición que Heiberg había creado y empleado en su crítica a la poesía irónica romántica.  Por otro lado, es igualmente evidente que, en este escrito, hace uso del concepto de visión de vida que tiene sus raíces en el romanticismo alemán al que agrega el carácter humorístico propio del enfoque especulativo que Heiberg imprime en la dramaturgia.[22]

El uso posterior de estos elementos expuestos hasta este punto, como lo son la a) visión de vida de influencia romántica y b) el uso del humor y la disposición heibergianos, serán de importante valor filosófico que situarán como principio existencial la evolución de la subjetividad del individuo por medios puramente existenciales.  Por tanto, el proyecto del ladrón maestro implica que, la visión de vida kierkegaardiana, entendida como un producto dialéctico entre el romanticismo y la teoría especulativa de la dramaturgia heibergiana de corte hegeliano, es uno de sus primeros fundamentos filosóficos.

 

1.2 Otra defensa de las grandes habilidades de la mujer

El 17 de diciembre de 1834, Søren Kierkegaard escribió y publicó un breve artículo bajo el seudónimo “A”, para la revista hegeliana Kjobenhavs Flyvende Post dirigida por Heiberg, titulado “Otra defensa de las grandes habilidades de la mujer” como respuesta a la obra de Heiberg “Sobre la importancia de la filosofía para la época presente”.  Como se ha mencionado en el primer capítulo de esta investigación, Heiberg evalúa en términos hegelianos lo que él considera como la crisis de la época en la religión, arte y filosofía, sosteniendo en dicho trabajo que la filosofía de Hegel es la que podrá salvar al pueblo danés de sus tendencias destructivas ofreciendo, además, una invitación a todos los habitantes de Dinamarca a asistir a sus conferencias en las que desarrolla dicha propuesta hegeliana. Invitación que hace extensiva a todas las mujeres danesas.

En este texto, que constituye la primera publicación formal del joven Kierkegaard, trata satíricamente el asunto de la emancipación de la mujer y su participación en actividades académicas,[23] con especial referencia a todas aquellas que deseen participar en las conferencias que Heiberg anunció.

La importancia de este breve texto para la presente investigación radica en el hecho de que Kierkegaard, en sus primeras publicaciones, está en sintonía con los debates de la época de oro, pero especialmente con los de la filosofía hegeliana danesa.

 

1.3 Entrada en el diario personal y la teoría de las cuatro etapas

En la entrada del diario personal de Søren Kierkegaard fechada el 27 de enero de 1837, el joven estudiante desarrolla el inicio de una teoría en etapas con referencia y contraste explícito al movimiento dialéctico de Hegel de la inmediatez, mediación e inmediatez-mediada.  Esta entrada es importante porque da cuenta de que Kierkegaard estaba en diálogo con la filosofía de Hegel.  Dicho en otras palabras, para este punto Kierkegaard conocía lo suficiente de la filosofía de Hegel y su movimiento dialéctico al punto que buscaba realizar una modificación metodológica profunda con el objetivo de aplicarla a sus propios propósitos intelectuales.

Como se ha argumentado, es particularmente evidente que el joven estudiante ahora de 24 años conoció a Hegel por medio de los intelectuales daneses Martensen y especialmente por Heiberg a quien el joven estudiante danés admiraba.  Heiberg, que desarrolla entre los años de 1833 y 1841 una teoría estética aplicada a la poesía que fundamenta filosóficamente en la dialéctica de Hegel y cuyo sello distintivo es el movimiento de la inmediatez a la mediación y de esta a la inmediatez mediada, está presente tanto en la teoría estética de Heiberg como en la de Kierkegaard.[24]  La presencia del método en esta entrada implica que Kierkegaard buscó desarrollar importantes modificaciones al método original para adaptarlo a sus propias necesidades.[25]  Según Stewart, este período de la vida y formación intelectual del joven Søren Kierkegaard está caracterizado, en primer lugar, por el interés mostrado en el método dialéctico de Hegel y, por otro, por la importante influencia intelectual que ejerció Heiberg sobre él.  Esto queda demostrado por el uso que Kierkegaard hace del método dialéctico en casi la totalidad de sus diarios de juventud.[26]  Uno de los ejemplos más importantes que fundamentan este argumento resulta de la entrada fechada el 16 de enero de 1837 donde Kierkegaard grafica la taxonomía de las formas dialécticas de la teoría estética de Heiberg[27] (ver figura 1) en el que desarrolla los diferentes géneros dramáticos en tres etapas (inmediato-reflexivo-unidad) que se corresponde con la tríada de Hegel en inmediatez-mediación-inmediatez/mediada.  Dicho en otras palabras, para el joven estudiante danés, esta época está representada por un profundo estudio e interés por la teoría estética de Heiberg.  En consecuencia, Kierkegaard realiza avances y modificaciones a esta teoría, añadiendo una cuarta etapa.

 

 

 

 

 

 

 

 

Durante el año de 1838 el debate danés se centraba en la tríada hegeliana del cual surgieron importantes aportaciones.  Es especialmente característica la propuesta ampliamente generalizada de reemplazar la tríada hegeliana por una en cuatro etapas.  Por ejemplo, el teólogo Franz von Baader y Frederik Christian Sibbern destacan la importancia de otorgarle a la vida una categoría relevante sobre el pensamiento abstracto en el método dialéctico, y es precisamente esta dirección la que tomará el joven Kierkegaard en su propia propuesta.  Para Kierkegaard esta categoría es fundamental ya que representa la esencia misma de la vida, porque para él la dialéctica de la vida tiene cuatro etapas. [28]

No es claro el propósito en Kierkegaard de elaborar esta caracterización de la vida en una dialéctica de la vida en cuatro etapas, lo que sí es claro es que: tanto la teoría heibergiana de la estética y la visión de vida de corte romántico son un fundamento filosófico e influye en su desarrollo.  Por tanto, esta dialéctica de la vida es otra más de las categorías filosóficas presentes en el pensamiento de Kierkegaard.

En esta teoría, que aparenta tener una relación directa con su categoría de visión de vida, Kierkegaard caracteriza el desarrollo de la vida del ser humano que, además, extrapola con el desarrollo de la historia humana la cual, inicia en la infancia avanza hacia la juventud, luego a la etapa adulta y finalmente a la vejez.

La primera etapa, la niñez, corresponde a la separación del niño de su entorno donde él no-es aún, pero existe la posibilidad de ser, es decir, para el joven danés en la infancia existe una multiplicidad de formas posibles, es entonces, un yo que puede ser muchos.[29]  La característica principal de esta etapa es que el individuo se ha vuelto consciente de sí-mismo, pero aún no ha logrado establecer conscientemente la diferencia entre él y el mundo.  Kierkegaard corresponde esta etapa con la etapa histórica de la mitología oriental.[30]  En este punto, el ser aún no ha adquirido consciencia de sí mismo y por ello la multiplicidad de posibilidades ejerce presión sobre este yo que, a medida que esta consciencia se aproxima a la autoconciencia, entra en conflicto consigo misma.

La segunda etapa se corresponde a la juventud. Esta se caracteriza por un salir del conflicto que producía la anterior etapa y pasa a un estado de paz idílico que es producido por la satisfacción que los jóvenes encuentran, p. e., en la iglesia y el Estado.  Históricamente esta etapa la corresponde el Kierkegaard con la mitología griega.  Es en esta etapa cuando la idea de libertad se hace conciencia en un pueblo y el individuo se desarrolla individualmente pues se hace autoconciencia, es decir, se hace consciente de sí mismo como una existencia distinta del mundo.  Finalmente, reconoce en este estado un estado real en el que surge la inmediatez de la conciencia,[31] porque para él, la historia humana real inicia en el mundo griego.

La tercera etapa, el joven danés la corresponde con la edad adulta.  Relaciona esta etapa directamente con el movimiento romántico al cual define como una consciencia con un deseo insatisfecho y de discordia que está atrapado y desorientado por las creencias y costumbres de un pueblo.  Kierkegaard no desarrolla notas en esta etapa, pero lo anterior coincide con el debate danés sobre la ironía romántica descrito en el primer capítulo de esta investigación.

La consciencia romántica llega a un punto de unidad en la cuarta etapa y que Kierkegaard corresponde con la vejez.  Esta etapa se caracteriza por tener una conciencia resignada en la que la comprensión sobre la existencia humana no-es ya sobre bases sublimes.  En su lugar, la conciencia se ocupa de los asuntos de las masas, naciones y pueblos,[32] es decir, para él, esta etapa no representa un desarrollo favorable para la humanidad, porque para él, la conciencia en esta etapa está resignada a no encontrar plenitud.

En resumen, en esta entrada el Kierkegaard aparenta estar operando dentro del paradigma hegeliano-heibergiano del método dialéctico.

 

1.4 De los papeles de alguien que todavía vive

En 1838, el joven estudiante danés de 25 años envía a la revista hegeliana danesa Perseo, creada y dirigida por Heiberg, una extensa reseña de la novela “Only a Fiddler” de Christian Andersen con la intensión de publicarla en el segundo número.  En este trabajo, considerado como el primer trabajo formal como escritor, Kierkegaard emplea como base la teoría estética heibergiana en que, a criterio de algunos eruditos del corpus kierkegaardiano como Hirsch, Brandt y Stewart, emplea un lenguaje técnico hegeliano.[33]

La reseña se publicó finalmente de forma independiente bajo el título “De los papeles de alguien que todavía vive” el 7 de septiembre de 1838 y constituye el primer libro publicado por Kierkegaard.  En ella el joven estudiante desarrolla algunas consideraciones sobre la literatura y el arte danés de escribir, con especial atención al desarrollo estético de Andersen.  Para ello Kierkegaard emplea, nuevamente, el desarrollo dialéctico hegeliano de Heiberg y señala que los poetas y novelistas románticos como Andersen no han seguido el proceso de una conciencia especulativa ya que en el curso de su propuesta estética no transita de la forma lírica a la épica[34] y luego al drama, es decir, “lo épico” no se ha desarrollado adecuadamente, recorrido que es señalado por Heiberg como ideal para el desarrollo de la poesía en clave racional.  En su lugar, dice Kierkegaard, Andersen pasa de la lírica al drama en un solo momento.[35]  Según el joven estudiante, las obras como “Only a Fiddler” de Andersen no cumplen con lo que exige la época para el rescate del pueblo danés que estaba en decadencia porque Andersen sucumbe al mal entendido intelectual de los tiempos interpretando todo en términos épicos.

Es claro que para Kierkegaard este intento se ha quedado atascado en la pura inmediatez lo que le ha impedido elevar su reflexión hasta su condición adecuada, es decir, que su obra resulte en una pura reflexión fanática o exacerbada le impide a su autor pasar a un tipo de reflexión que lo acerque a la intuición del mundo.[36] Pero lo que provocó enormemente a Kierkegaard fue la opinión de Andersen de que el genio necesita un ambiente enriquecedor y afectuoso para crecer y producir grandes obras. Desde esta perspectiva, esto implicaba que, sin las circunstancias adecuadas, un “genio” como Andersen, moriría sin éxito, víctima de un destino cruel.[37] Kierkegaard rechazará esta visión de que la genialidad proceda de factores externos porque para él, una visión de vida, solo se adquiere apercibiendo la propia existencia.  Dicho en otras palabras, para Kierkegaard es necesaria una visión de la vida porque, en primer lugar, una visión de la vida es más que una quintaesencia o una suma de proposiciones mantenidas en su neutralidad abstracta, es decir, Una visión de la vida es más que la experiencia, que como tal es siempre fragmentaria, a menudo contradictoria y poco clara. Una visión de vida es, entonces, la transubstanciación de la experiencia; eso es una certeza inquebrantable en uno mismo… desde toda experiencia. [38]

Para Kierkegaard, Andersen carece totalmente de una visión de vida.  Este elemento es fundamental porque una visión de vida es una conditio sine qua non y que en tanto necesaria resulta igualmente providencial otorgando a una obra una unidad universal profunda, porque, dice Kierkegaard […] una producción poética genuina debería hacer que el poeta sea interiormente más seguro de sí mismo esto, prosigue, sólo surge a la luz de la verdad de la ironía.  Sin esta condición, finaliza Kierkegaard, cualquier obra es doctrinaria y se encuentra atascada y limitada en la pura reflexión subjetiva, actitud propia de la conciencia irónica romántica, que le impide realizar un movimiento hacia su unidad y cumplir con el devenir propuesto en la teoría estética de Heiberg.

Esta última derivación es fundamental y reveladora porque siendo el resultado de un análisis que Kierkegaard realiza sobre la obra de Andersen, en el que aplica los principios epistémicos del método heibergiano, establece la existencia de una interpretación propia sobre la ironía, tema central en su tesis doctoral. En conjunto, esto es importante para la presente investigación porque la aproxima a responder su tercera pregunta fundamental: ¿cómo influyeron los filósofos en la construcción de la obra Sobre el Concepto de Ironía?

En resumen, por esta época, el Kierkegaard desarrolla, por un lado, la naturaleza poética del romántico que lo faculta para imaginar un mundo diverso para el esteta y literato, por otro, un gusto adquirido por el uso recurrente de la dialéctica de corte hegeliano que finalmente logra dominar en una única posición que él considera la superación de estos dos estados. [39] Para este punto el joven Kierkegaard consideraba que la poesía irónica romántica que conduce al agotamiento y la desesperación, y la lógica de la filosofía especulativa que produce una sobreexcitación por la racionalización del mundo, cobran sentido solo en el momento en que ambas eran mediadas por una tercera vía, a saber: la de la vida humana que adquiere sentido solo al tener una visión de vida que provee una personalidad completa y éticamente integrada a una disposición a intuir el mundo.[40]

 

Literatura citada

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———. «Kierkegaard and The Master-Thief Project (1834-1835): The Rebel Outcast and The Established Order». Eidos, n.o 32 (13 de abril de 2020): 281-308. https://doi.org/10.14482/eidos.32.198.9.

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Jensen, Finn Gredal. «Poul Martin Møller: Kierkegaard y el confidente de Sócrates». Traducido por F. Nassim Bravo Jordán. Estudios Kierkegaardianos 1, n.o 2015 (2015). https://doi.org/10.54354/mnuejy.

Kierkegaard, Soren Aabye. Escritos de Soren Kierkegaard: De los papeles de alguien que todavía vive y Sobre el Concepto de Ironía. Segunda edición. Vol. 1. Madrid, España: Editorial Trotta, 2006.

Kierkegaard, Søren, Julia Watkin, y Søren Kierkegaard. Early Polemical Writings. Kierkegaard’s Writings 1. Princeton, N.J: Princeton University Press, 1990.

«Nassim, J. – La comedia especulativa como crítica social. Johan Ludvig Heiberg y “un alma después de la muerte”», s. f.

Stewart, Jon. «Kierkegaard and Hegelianism in Golden Age Denmark». En Kierkegaard and His Contemporaries: The Culture of Golden Age Denmark, Niels Jørgen Cappelørn., 10:106-45. Monograph Series. Berlin: Walter de Gruyter, 2003.

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———. Kierkegaard’s relations to Hegel reconsidered. The Søren Kierkegaard Research Centre at the University of Copenhagen: Cambridge University Press, 2003.

Strawser, Michael. Both/And: Reading Kierkegaard- From Irony to Edification. New York, 1996.

 

[1]Cf. Collins, J. (1958). El pensamiento de Kierkegaard. Fondo de cultura económica; Cf. Stewart, J. (2003). Kierkegaard and Hegelianism in Golden Age Denmark. En Kierkegaard and His Contemporaries: The Culture of Golden Age Denmark (Vol. 10, Monograph Series, pp. 106–145). Walter de Gruyter.; Cf. Stewart, J. (2003). Kierkegaard’s Relations to Hegel Reconsidered. Modern European Philosophy. Cambridge University Press; Cf. Söderquist, B. (2003). Kierkegaard’s Contribution to the Danish Discussion of ‘Irony’. Kierkegaard Studies, 10, 78–105; Cf. Thulstrup, N. (1980). Kierkegaard’s Relation to Hegel. Princeton University Press.; Cf. Westphal, M. (2010). Kierkegaard’s Critique of Reason and Society. Penn State Press.

[2] Cf. Collins, El pensamiento de Kierkegaard, p. 114.

[3] Cf. Ibid, pp. 35-36.

[4] Cf. Stewart, Kierkegaard and His Contemporaries, 2003, p7.

[5] Cf. Ibid, pp116–19.; Cf. Collins, El pensamiento de Kierkegaard, p20. Møller, amigo intimo de Kierkegaard, una de las principales figuras literarias en la Edad de Oro de Dinamarca, fue uno de los primeros maestros y constituyó una de las influencias más importantes en la obra y pensamiento del joven Søren Kierkegaard.  Se sabe, además, que cuando éste murió en 1838, Kierkegaard, con solo 24 años, resultó profundamente devastado.  Para un estudio sobre las relaciones Møller-Kierkegaard consultar: Jensen, F. G. (2015). “Poul Martin Møller: Kierkegaard y el confidente de Sócrates”, trad. F. Nassim Bravo Jordán, Estudios Kierkegaardianos 1.

[6] Cf. Bravo, N. (2018). Introducción. Estudios Kierkegaardianos, (4), p. 11; Cf. Bravo, N. (2020). Kierkegaard and The Master-Thief Project (1834-1835): The Rebel Outcast and The Established Order. Eidos, (32), p. 284; Cf. Stewart, J. (2003). Kierkegaard’s relations to Hegel reconsidered. The Søren Kierkegaard Research Centre at the University of Copenhagen: Cambridge University Press, p. 57.; Cf. Stewart, J. (2003). Kierkegaard and Hegelianism in Golden Age Denmark. En Kierkegaard and His Contemporaries: The Culture of Golden Age Denmark (pp. 114–115). Walter de Gruyter.; Cf. Strawser, M. (1996). Both/And: Reading Kierkegaard- From Irony to Edification. New York, p. 5.

[7] Cf. Stewart, Kierkegaard’s relations to Hegel, pp130–131.; Cf. Michael Strawser, Both/And: Reading Kierkegaard, p. 12.

[8] Cf. Collins, El pensamiento de Kierkegaard, p. 113.

[9] Cf. Ibid, 37.  Para Collins, la etapa de juventud de este período en Kierkegaard está caracterizada por una profunda influencia de los poetas, novelistas y filósofos románticos en general, al punto que es el uso de la ironía la característica que el joven danés comparte con los literatos románticos.

[10] Cf. Ibid, p. 41.  El joven Kierkegaard reconoció el peligro que implica el romanticismo.  Él admite que al emplear el método romántico corre el riesgo de perder su propio yo, su conciencia y los límites que hacen evidentes su propia mortalidad al punto de considerarse poseedor de un poder divino que le permite moldear el mundo a sus propios deseos.  Finalmente, la imaginación romántica representó para el joven danés un peligro que debe prevenirse sometiendo la imaginación sobre exaltada del romántico a la pura existencia, a la característica vital del hombre, a saber: al carácter finito y contingente de la existencia.

[11] Cf. Stewart, Kierkegaard and Hegelianism in Golden Age Denmark, pp. 143–144; Cf. Stewart, Kierkegaard’s relations to Hegel reconsidered, pp. 91–92, 104–105, 114, 127, 130–131.; Cf. Collins, El pensamiento de Kierkegaard, p. 41.

[12] El título hace referencia a la supuesta maldición que el joven danés creía pesaba sobre la familia Kierkegaard, la cual consistía en que cualquier integrante de la familia moría a los 24 años.  Claramente el título hace alusión a que él sobrevivió a la maldición. Para ampliar este tema puede consultar Collins, p. 22 en adelante.  En Strawser (1997, pp. 3-4), aparece una clara alusión al tema: The biographical data that usually surround and are said to explain the book oblique title includes the deaths of Michael Pedersen Kierkegaard, Søren’s father, four weeks before the publication date, and of Poul Møller, Kierkegaard’s mentor and close friend. It is also often mentioned in this connection that only two of the seven Kierkegaard children were still living and that Søren supposedly had an (irrational) assurance that he would die before turning thirty-four years old. In addition, there is gossip that Kierkegaard was contemplating suicide. Such “explanations” are presented by the editors of Kierkegaard’s Samlede Vrker (Collected Works) as well as by the Danish scholars Georg Brandes, Vilhelm Andersen, Niels Thulstrup, and Frithiof Brandt.

[13] Cf. Collins, El pensamiento de Kierkegaard, p. 34.

[14] Se trata de un proyecto que Søren Kierkegaard olvidaría en su etapa madura. Hasta la fecha solamente existen tres breves trabajos sobre el tema, uno en danés, dos en inglés. Los artículos son: Henning Fenger (1971), “Mestertyven, Kierkegaards første dramatiske forsøg [El ladrón maestro, el primer proyecto dramático de Kierkegaard”; Sara Katrine Jandrup (2002), “The Master Thief, Alias S. Kierkegaard, and his Robbery of the Truth”; Nassim Bravo (2015), “The Master-Thief: A One-Man Army against the Established Order”. El proyecto consta de cuatro papeles sueltos con ocho entradas en total. Este breve trabajo, forma parte de los llamados “Papeles sueltos (Lose Papier)” o sin clasificación que constan de apuntes sobre filosofía, estética y teología que al momento de la muerte de Søren Kierkegaard fueron encontrados en una caja de cartón marcada con la letra “A” y el título “Journaler og andet sligt fra en aeldre tid” o diarios y artículos semejantes de una época antigua

[15] Cf. Bravo, Kierkegaard and The Master-Thief Project (1834-1835), pp. 282, 286-87.

[16] Cf. Ibid, p. 286.

[17] Esta figura existía en autores como los hermanos Grimm: Jacob Grimm (1785-1863) y Wilhelm Grimm (1786-1859), Walter Scott (1771-1832) y Friedrich Schiller (1759-1805).

[18] Cf. Ibid, pp. 287-88.

[19] Cf. Ibid, p. 290.

[20] Cf. Bravo, “Kierkegaard and The Master-Thief Project, p. 289.

[21] Cf. Ibid, pp. 282–83.  En prácticamente la totalidad de la obra madura de Kierkegaard, uno de los aspectos fundamentales es el individuo en su propósito de autodesarrollo -subjetividad- dentro de un marco establecido -objetividad-, es decir, sobre cómo el individuo debe relacionarse con el mundo y lo hace empleando un repertorio de figuras paradigmáticas como Sócrates, Fausto y Abraham, y el proyecto de juventud “Ladrón Maestro” constituye el primer intento por parte de Kierkegaard de responder a este asunto.  Antes de elegir el tema de la ironía para su trabajo de graduación en 1841, el joven estudiante Søren Kierkegaard consideró emplear el concepto de sátira entre los griegos. Por lo que el trabajo del ladrón maestro es considerado un antecedente de ese interés por la sátira.

[22] El concepto de visión de vida que emplea Kierkegaard ha de fundamentarse en la experiencia de vida individual pero luego se desarrolla y se desplaza a un enfoque universal donde, a través de una exposición humorística es revelado, por un lado, su cualidad contingente y, por otro, el carácter necesario y universal de dicha visión.  Por ejemplo, cuando en 1838 presente la reseña “Sobre los Papeles de Alguien que todavía Vive”, llega a argumentar que un buen novelista posee una visión de vida que unifique y provea orden a sus experiencias vitales, o más adelante, en su tesis “Sobre el Concepto de Ironía”, indica que el desarrollo existencial de la subjetividad requiere elegir una visión de vida.

[23] Cf. Stewart, Kierkegaard’s relations to Hegel reconsidered, p. 92.

[24] Cf. Collins, El pensamiento de Kierkegaard, p. 35.

[25] Cf. Stewart, Kierkegaard’s relations to Hegel reconsidered, p. 98.

[26] Cf. Ibid, pp. 98–99.

[27] Cf. Ibid., p. 99.

[28] Cf. Ibid, pp. 99–100.

[29] Cf. Ibid, p. 101.

[30] Cf. Ibid, p. 102.  En este punto, el joven estudiante Søren Kierkegaard sigue a Hegel en su Historia de la Filosofía ver Hegel, F. (2002). Lecciones sobre la historia de la filosofía I.  Vol. 1. Sección de obras de filosofía. Mexico: Fondo de Cultura Económica, pp. 111-138

[31] Cf. Ibid., p. 102.

[32] Cf. Ibid., p. 103.

[33] Cf. Bravo, “Introduction”, p. 12; Cf. Stewart, Kierkegaard’s relations to Hegel reconsidered, pp.118 y 126; Cf. Bravo, – La comedia especulativa como crítica social. Johan Ludvig Heiberg y ‘un alma después de la muerte’”, p. 47.; Cf. Strawser, M. “Both/and Reading Kierkegaard: From Irony to Edification.” (1997), pp. 3 y 6.

[34] Cf. Kierkegaard, S. (2006). De los papeles de alguien que todavia vive. Escritos de Søren Kierkegaard, Segunda edición, vol. 1. Trotta, p. 33; Cf. Kierkegaard, S. (1990). Early Polemical Writings, Kierkegaard’s Writings 1. Princeton University Press. p. 70.

[35] Cf. Stewart, Kierkegaard’s relations to Hegel reconsidered, pp. 124–25.

[36] Cf. Strawser, Both/And, p. 20.

[37] Cf. Ibid., p. 15.

[38] Cf. Kierkegaard, De los papeles de alguien, p. 38.

[39] Cf. Stewart, Kierkegaard’s relations to Hegel reconsidered, pp. 124–25.

[40] Cf. Collins, El pensamiento de Kierkegaard, 40.; Cf. Strawser, Both/And, 11.

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